miércoles, 30 de marzo de 2011

Camino ciego en un mar de bruma, no por la bruma ciego.

Yace el deseo extinto, echa mano de la memoria y añora lo que antes le daba vida. Ocurre en ocasiones que el objeto de deseo pierde su brillo y esencia a ojos del que desea. Entonces el último advierte que su deseo no se veía fundado más que por engaño. Cuando el desfiladero de nuestra memoria se ve desprovisto de tramos viejos, desgastados por tiempo y vivencia, tan solo vislumbra al final una luz de lo que alguna vez fue, demasiado titubeante para ser aprehendida. Persigo recuerdos frustrados por la vida, y a esta misma miro a los ojos, y en lo insondable empiezo a hundirme. No paro de toparme con la necesidad de recuperar algo de lo que un día se llamaba deseo, ínteres. Cuando atravieso el laberinto de mi memoria, cada esquina me habla a susurros. Nadie parece querer guiar a este indefenso buscador que solo quiere recuperarse a sí mismo.

3 comentarios:

  1. maazo de guapo locko, se parecia esa influencia de nietzsche xDxD

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  2. Me encanta esta reflexión sobre el deseo, lo identifico mucho con la búsqueda de la satisfacción material, aunque también podría verlo como deseo espiritual, pero me llama más a lo primero. ¡Sigue escribiendo Rocka!
    Un abrazo.

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  3. Por cierto, posiblemente es mi favorita hasta ahora.

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